Esta es mi primera Navidad en casa como futbolista adulto. Volver a casa para jugar fútbol profesional ha funcionado bien. Peñarol, mi equipo, ganó la primera mitad de nuestra liga. Juego cada semana y paso tiempo con mi familia. Además me mantengo en forma, así que estoy preparado para el entrenamiento de pretemporada a principios de enero. Tengo 36 años, he jugado 643 partidos profesionales, incluyendo 112 para mi país. He marcado 276 goles, sin olvidar los partidos amistosos para clubs y los partidos para equipos juveniles y segundos equipos, y todo ello es mucho fútbol. Estoy encantado con la trayectoria que ha seguido mi carrera pero es solo cuando me tomo un descanso (algo no muy habitual) que miro hacia atrás. Normalmente miro hacia el futuro, me fijo objetivos e intento alcanzarlos.
Una de estas ocasiones ha sido esta semana. Estaba en Asunción, Paraguay, donde fui invitado a presenciar el sorteo para la Copa Libertadores, que empieza en febrero. Allí, recibí un homenaje en honor a mi familia por haber ganado cuatro Copas América en tres generaciones: mi abuelo, mi padre y yo. El padre de mi madre la ganó en 1959 y en 1967 como entrenador, mi padre en 1967 y yo en 2011. No hay otra familia en el mundo que haya hecho lo mismo y me entregaron una réplica conmemorativa de la Copa América.
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En el sorteo de la Copa Libertadores, Peñarol quedó emparejado con Atlético Nacional de Colombia, Sporting Cristal, el campeón peruano, y el ganador del encuentro que se disputará entre el equipo argentino Huracán y Caracas de Venezuela. Estoy contento con este grupo. Jugaremos algunos partidos en nuestro nuevo estadio, que es impresionante y cuya inauguración está prevista para febrero. Para los partidos fuera de casa tendremos que viajar mucho, especialmente si jugamos en Venezuela, pero estoy acostumbrado. Viajar se convierte en algo normal de tu vida y estoy seguro de que lo voy a echar de menos cuando deje de jugar, lo cual espero que tarde en suceder.
Durante la mayor parte de mi carrera futbolística, la Navidad ha marcado la mitad de la temporada de fútbol con partidos antes y después de las dos semanas de vacaciones. Esto me permitía pasar una semana o diez días en casa pero nunca dejé de entrenar.
En Inglaterra no hay descanso de invierno, sino que más bien aumenta el número de partidos. Para algunos futbolistas es duro; otros se quejan diciendo que debería haber un descanso en Inglaterra, pero a mí me encantaba todo este fútbol. Los futbolistas quieren jugar y todos estos partidos durante la Navidad eran ideales para mí. Entonces yo tenía veintipocos años y hubiera jugado cada día si hubiera podido.
En mis primeras Navidades en el Manchester United, el equipo jugó cinco partidos en 13 días y yo empecé de titular en cuatro de ellos. Esa temporada ganamos la liga.
Como no podía estar con mi familia, vinieron ellos a Manchester. Al principio les pareció una idea un poco rara pues estaban acostumbrados a pasar las fiestas navideñas en la playa bajo el sol. Y, si ni el verano de Manchester es así, imagínese el invierno. Pero al final vinieron y lo pasaron realmente bien a pesar de que no pude estar con ellos todo el tiempo porque estuve fuera en hoteles. Así es la vida de un futbolista, el camino que yo elegí.
Cuando terminó la temporada aquí hace un par de semanas me tomé cinco días de descanso sin entrenar. Puesto que como bien y apenas bebo alcohol, no importa si de vez en cuando tomo algo menos sano.
Mi familia está disfrutando de unos días en la playa en Punta del Este y me he reunido con ellos pero pronto estaré entrenando de nuevo. Tengo un entrenador personal, Santiago Alfaro, al que conocí en Villarreal y con el que trabajo desde hace diez años. Tiene mucha experiencia en diferentes métodos en América y Alemania. Nos hemos hecho amigos así que entrenar no parece una obligación. Me levanto a las seis de la mañana y corremos por la playa. No es un mal sitio para trabajar. La gente me reconoce y grita mi nombre. Son amables, me gusta estar en casa. Algunos me piden fotos. No me importa si ya he acabado de entrenar pero algunos me las piden mientras estoy corriendo. Si quieren ponerse a correr conmigo y hacerse una foto mientras corremos no me importa, pero no voy a parar en pleno entrenamiento.
El fútbol deja de ser tu prioridad durante el periodo de vacaciones pero siempre me mantengo al corriente de lo que pasa en el mundo. Si pongo la televisión y dan un partido, lo miro durante un rato pero hay tanto fútbol en televisión de otros países que puedes perder demasiado tiempo mirando partidos. Y estoy de vacaciones del fútbol y es así como debe ser.
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