Acabo de salir del estadio de Osaka después de anotar mi primer triplete desde 2009, cuando marqué un hat-trick para el Atlético de Madrid en el penúltimo encuentro de la temporada, disputado contra el Bilbao.
La Suma de estos goles me ayudaron a conseguir el título de máximo goleador de la liga española el ‘ pichichi ‘ y mi segunda Bota de Oro, un honor que desde entonces ha recaído año tras año en Lionel Messi o Cristiano Ronaldo.
Cerré aquella temporada con 32 goles, récord en la Liga española desde que lo lograra el brasileño Ronaldo en 1997. Desde entonces, Messi y Ronaldo han marcado más y en lo que va de temporada ya llevan 39 y 38 goles en Liga respectivamente.
Me siento muy bien jugando para un buen equipo con un entrenador excelente. El fútbol no siempre es así y, por lo tanto, hay que saber disfrutar de estos momentos. Divisé la bandera de Uruguay entre los aficionados del Cerezo Osaka, que cantan la misma canción, en inglés, que me cantaban los aficionados del Manchester United aunque que con algunos cambios al final, en lugar de scousers dicen otra cosa que no acabo de entender pues suelo estar muy concentrado cuando juego.
A todos los futbolistas les encanta marcar pero los tripletes deberían ser saboreados con especial gusto pues no suelen ocurrir con demasiada frecuencia. Uno de los goles fue de tiro libre desde una distancia de 36,5 metros del arco.
Como futbolista me encanta esta época del año. Es diferente ahora que estoy en Japón porque la planificación de la temporada en este país es otra pero en las grandes ligas europeas en las que he jugado, abril y mayo son los meses en los que se disputan los partidos decisivos. Es cuando esperas ganar trofeos, un descanso y quizá una Copa del Mundo o una Copa América.
En Europa significa que llega el verano y el buen tiempo. Los entrenamientos se realizan en condiciones agradables – ¡incluso en Manchester! – y existe la sensación de estar cerca de conseguir tus objetivos comunes. No recuerdo haber jugado en ningún equipo que no luchara por conseguir puntos al final de la temporada. Esto sería muy extraño. Me gusta que cada partido sea importante y sentir que hay que ganar.
Al final de la temporada, algunos jugadores están agotados pero justo en estos momentos yo me esforzaba en incrementar mi nivel de actividad física y entrenamiento. Quería estar al cien por cien para los partidos más importantes. Cristiano Ronaldo era igual. Fue uno de los primeros en entrenar solo antes de que ello se convirtiera en una práctica habitual entre los jugadores. Ambos trabajamos con Mike Clegg en el Manchester, con pesas y estiramientos.
En los últimos diez años he visto grandes cambios en la manera de entrenar de los jugadores y en el modo en que se cuidan. Actualmente los jugadores son mucho más profesionales, más comprometidos en dar lo mejor de sí mismos. He oído decir que durante la semana, los futbolistas solo trabajan dos horas al día en el entrenamiento y que tienen el resto del tiempo libre. En mi caso nunca ha sido así. Incluso cuando era pequeño chutaba una pelota de tenis contra la pared alternando los pies durante horas, una manera de aprender a utilizar ambos pies.
Para los grandes partidos de final de temporada entreno más e incluso contrataba a un entrenador físico personal, Santiago Alfaro, a quien conocí en el Villarreal. Ha trabajado conmigo diez años y ha probado diferentes métodos en América y Alemania pero, incluso antes de esto, en una ocasión Ole Gunnar Solsksjaer me dijo que entrenaba mucho más que cualquier otro jugador con el que había jugado.
En el Atlético Madrid, en los 30 días en los que ganamos la Europa League 2010 y llegamos a la final de la Copa del Rey, el Atlético realizó 26 sesiones de entrenamiento. Yo hice 60 y noté la diferencia, me ayudaron a ser más rápido.
Hice lo mismo antes de la Copa del Mundo 2010. Bajo las órdenes de Santiago, me levantaba a las seis de la mañana y empezaba a entrenar en casa, en el jardín o en el gimnasio; luego volvía a casa y me metía en la ducha antes de empezar el entrenamiento con la selección.
Tenemos una gran amistad. Le he invitado a quedarse en mi casa con un grupo de amigos y familiares. Es otra de las cosas que hago cuando se acerca el final de la temporada: me rodeo de gente a la que aprecio para sentirme cómodo y desprenderme de la tensión que generan los grandes partidos. Ellos disfrutaban viniendo a España a visitarme y yo, volviendo a una casa llena de risas y rostros conocidos como mi padre y sus amigos. Respetan que tenga que trabajar pero es muy positivo estar cerca de ellos.
Tengo 35 años y me siento bien jugando pero en algún momento tendré que parar. Voy a echar mucho de menos este deporte. Me encanta entrenar, la pretemporada, jugar, la afición… He recorrido el mundo gracias al fútbol y además he tenido la suerte de que me pagaran muy bien. Cuando todo cuadra sientes una gran emoción, especialmente sobre el césped en esta época del año.
El partido de la semana según Diego
La próxima semana aparece cargada de grandes partidos en Argentina. Este fin de semana se diputan dos encuentros ligueros: el Independiente contra el Boca Juniors y el Racing contra el River Plate. Mi antiguo equipo, el Independiente, ocupa el puesto trece de la clasificación y necesita ganar; el Boca está jugando bien tanto en casa como en la Copa Libertadores. Boca y River, los dos grandes rivales argentinos, encabezan la clasificación de la Liga con los mismos puntos. ¿A qué no sabéis qué equipos se enfrentan la próxima semana en la Copa Libertadores? River y Boca se disputan un eliminatorio a dos partidos en los octavos de final. Puede que esté al otro lado del planeta pero estoy ansioso por ver jugar un fútbol de calidad.
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