Me sorprendió que el presidente del Nápoles dijera públicamente que Gonzalo Higuaín, su mejor jugador, tenía sobrepeso. Es extraño porque Higuaín lo está haciendo muy bien. Es el máximo goleador de la Serie A, camino de marcar 30 goles de liga en una sola temporada por primera vez desde que lo hiciera Luca Toni hace diez años, quien a su vez fue el primero en conseguirlo desde 1955, cuando Antonio Angelillo, otro excelente delantero argentino, lo consiguió con el Inter de Milán. Si tiene algo de sobrepeso, ¿a quién le importa? Está teniendo la mejor temporada de su carrera; es un héroe para los aficionados.
Los jugadores profesionales tienen que enfrentarse a las críticas a diario. Forma parte de su trabajo y normalmente no pasa nada si las críticas tienen que ver con el fútbol. Pero a menudo no es así. Puedes protegerte de los insultos –que se han intensificado notablemente con las redes sociales– pero aun así escuchas lo que la gente dice, especialmente si es polémico.
Al presidente del Nápoles no le interesa que se marche su mejor jugador y debería haber hablado con Higuaín en privado, pero puede que esta sea su manera de animarle, hablando claro y sin tapujos, al estilo napolitano. O puede que todo ello se deba a la frustración porque el Nápoles ha perdido el liderato de la liga y perdió contra el Juventus, el equipo que está en mejor forma y que muy probablemente gane la liga.
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Si un presidente dijera esto de mí, no me lo tomaría mal; más bien sería una motivación y estaría dispuesto a probar que estaba equivocado y hacerle callar lo más rápidamente posible.
Un jugador sabe mejor que nadie si está en forma o está jugando bien. Soy mi mayor crítico y vivo la vida con honestidad. También hablo con mi familia sobre mi rendimiento. Han sido jugadores profesionales y respeto su opinión. Mi padre sabe analizar un partido y, a pesar de que no siempre estamos de acuerdo, lo escucho.
También escucho a otros. A veces los críticos pueden decir la verdad pero los comentarios se han multiplicado exageradamente con las redes sociales. Tengo cinco millones de seguidores en Twitter y algunos días puedo llegar a recibir miles de mensajes. Ello ha abierto la posibilidad de interactuar directamente con los fans y esto es bueno pero a veces los aficionados pueden estar muy enfadados y ser muy crueles. No se dan cuenta de que el que lee sus comentarios también es una persona. No hay filtros, la gente dice lo que le apetece y lo que quiere es que reacciones. Puedes estar seguro de que es tu reacción y no su tweet lo que saldrá en las noticias.
Tienes que saber cómo manejar la crítica. Recuerdo que cuando era joven y jugaba para el Independiente me enfadé mucho al leer la puntuación sobre diez que me dio un periódico. A pesar de no haber marcado, había jugado bien y me irritó que ese periodista no lo hubiera visto. Tenía 20 años y estaba furioso. A partir de ese día, me propuse no dejar que me afectara lo que escribieran los periodistas y no preocuparme si me daban un “3” o un “10”. Tenían derecho a expresar sus opiniones pero no tenían derecho a afectar mis sentimientos.
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Decidí intentarlo y no dejarme influenciar por los elogios o las críticas. Durante el Mundial 2010 recibí numerosos elogios. Durante los mundiales siguientes recibí muchas críticas. Esto fue porque no jugué tan bien ni marqué tantos goles como en 2010. También porque los jugadores veteranos suelen recibir más críticas que los jugadores jóvenes. Así es mejor porque las primeras oleadas de críticas pueden ser duras de aceptar para un jugador joven.
Un jugador debe saber cómo reaccionar. A veces puedes aceptar la crítica pero si va a afectarle y repercutir de forma negativa en su manera de jugar y en su confianza es mejor no leer nada y no dejar que los insultos ocupen tu mente. Es mejor ignorarlo. Debes tener fe en tu capacidad, que al fin y al cabo te ha llevado al nivel en el que te encuentras. Debes darte cuenta de que el humor de los aficionados puede variar con cada resultado. Leí que yo era demasiado viejo para jugar en la selección, luego, después de marcar un gol, dijeron que debería jugar todos los partidos. Si dejas que esto te afecte, te puedes volver loco.
Las intenciones de un crítico también pueden ser las razones por las que escribe. Puede que el periodista sea de otro equipo, que no le gustes personalmente o que se sienta ofendido por cualquier razón. Intento vivir mi vida lo mejor que puedo y, si a alguien no le gusta, lo siento pero este soy yo. No puedo complacer a todo el mundo.
También pienso que algunos periodistas entienden de fútbol y otros no. Que sepan contar la historia de un traspaso no quiere decir que sepan analizar un partido. El fútbol es un juego simple que es difícil de entender tácticamente. Algunos de mis mejores partidos han sido aquellos en los que no he marcado ningún gol y no hecho ninguna asistencia. Puede que hayan sido aquellos en los que me he movido para crear espacio para que otro jugador pudiera marcar pero no todo el mundo lo ve. Puede que piensen que no has hecho nada en todo un partido.
Se mire por donde se mire, Higuaín ha jugado bien y ha marcado muchos goles. Si sigue así, los aficionados se pondrán furiosos con el presidente por sus críticas contra él. Y ningún presidente desea ser criticado por sus propios aficionados.
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