Al igual que mi antiguo entrenador Sir Alex Ferguson, estoy convencido de que mi antiguo compañero de equipo Gary Neville tendrá éxito como entrenador. Trabajé con Gary y su asistente Phil cada día, y vi lo motivado y obsesionado que estaba con el fútbol. Es intenso, apasionado y también hablaba mucho –demasiado, si se lo pregunta a Roy Keane, que le mandaba a callar incluso en el campo. Me encantaba tener a esos dos detrás de mí, sentía sus ganas de ganar a toda costa.
Me sorprendió que le dieran el trabajo en el Valencia; aunque no debería haberme sorprendido dados sus vínculos empresariales con el dueño del club, Peter Lim. Es un trabajo de gran responsabilidad. El Valencia es un club grande con una historia fantástica pero también es un club complicado y político. Los aficionados creen que deberían ganar trofeos porque es lo que hicieron en el pasado.
He jugado en el Mestalla en numerosas ocasiones. Allí marqué en mi primer partido con el Villarreal después de marcharme del Manchester en 2004. El Valencia era campeón de España con un equipo excelente, nosotros el Villarreal éramos sus vecinos pequeños. Viví en la provincia de Valencia y el club acaparaba los titulares. No les gustaba nada que tuviéramos mejor equipo. El Villarreal les ganó 3-1 y acabó tercero; el Valencia, séptimo.
Gary hará lo mismo que hice yo, dejar Manchester para trasladarse a Valencia. De un tiempo lluvioso y nublado, a un tiempo soleado casi a diario durante todo el año. La vida allí es fantástica, es por eso que tantos británicos eligen esta parte del mundo para retirarse. Valencia es una ciudad atractiva y cosmopolita que tiene playa. El fútbol es importante allí.
Mi consejo a Gary es simple: aprende español lo antes posible. Cuando Pep Guardiola supo que iba a ser el entrenador del Bayern de Múnich, se puso a estudiar alemán cuatro horas al día. Se tomó un año sabático y pudo permitirse el lujo de disfrutar de un tiempo que no tendrá Gary pero entre otras muchas responsabilidades, tiene que espabilarse con el idioma.
Sé que su hermano Phil, buen amigo mío en el Manchester, ha estado aprendiendo español desde que llegó a España en julio. Bien. Los británicos pueden ser un poco perezosos cuando están en el extranjero porque mucha gente habla su idioma pero Gary estará en un vestuario en el que todos hablan español. Le respetarán por ser quien es y por lo que ha conseguido como futbolista pero los jugadores le juzgarán desde el primer momento que les hable. Si no dice lo correcto entonces empezarán a perderle el respeto.
Conozco a Gary; sé que tiene un objetivo y que sabe de fútbol. Todo lo que hace le sale bien. Tiene muchos compromisos y tendrá que relegar algunos de sus intereses a un segundo plano. Sé que ya ha dicho que va a dejar su trabajo en televisión.
El idioma es muy importante porque los traductores no tienen el mismo efecto en caliente. Cuando estás siguiendo un partido, a veces tienes que dar una instrucción inmediata y no puedes esperar a que la traduzcan. Además, el significado puede perder sus matices en la traducción. Cuando jugué en Japón, contaba con algunos buenos traductores pero recuerdo un día que el entrenador nos estaba explicando una metáfora acerca de un huevo demasiado cocido. El traductor, que no entendía de fútbol, hizo una traducción literal pero no me dio el significado. El momento se perdió cuando el traductor tuvo que interrumpir al entrenador para decirle: “Disculpe, podría repetir lo del huevo, por favor.”
Aprender español es una forma de mostrar respeto a los aficionados que pagan tu sueldo, y al personal también. Que hagas errores no importa. Por lo menos haces el esfuerzo. He visto que Phil incluso escribió algunos tweets en valenciano, el dialecto local –un bonito detalle.
Ahora, mi antiguo club el Atlético de Madrid es considerado el tercer equipo más fuerte de España, pero antes lo fue el Valencia. Han tenido grandes problemas económicos y su nuevo estadio todavía está a medio construir pero el potencial en este club es enorme.
Gary llega con una gran reputación pero necesitará resultados rápidamente. Al menos Phil está allí para ayudarle y ha tenido seis meses para entender al club, pero necesita más que esto. Habrá gente allí que entienda mejor cómo funciona La Liga pero Gary cuenta con suficientes jugadores con talento para que el Valencia sea un gran equipo. También tiene el apoyo del dueño del club Lim y el agente Jorge Mendes. Son personas cuyo apoyo es importante.
Veré cómo le va al Valencia contra el Barcelona este sábado –cuando Phil, en lugar de Gary, seleccione el equipo– pero este fin de semana, me centraré en que mi equipo gane la liga. Necesitamos ganar tres puntos en nuestro último partido, en casa contra el Juventud que está en el puesto número 15. Se espera la asistencia de unos 50.000 aficionados y apenas puedo esperar. El Nacional, nuestro rival, está un punto por debajo de nosotros y el Cerro, tres. Crucen los dedos por mí y mis antiguos compañeros de equipo, los Neville.